-Lauren, Lauren, LAUREN!
-Que quieres? -Preguntó con voz suave
-Que llegamos tarde -Dije sacando la ropa de el armario
-Oh no! -Saltó de la cama para vestirse
Me puse un vaquero azul gastado con un jersey de navidad. Lauren se puso unos vaqueros negros con una chaquetita color crema preciosa.
-Vamos vamos que nos vamos! -Decía mientras iba corriendo por toda la casa
-No vamos a llegar -Chillaba Lauren eufórica
Estábamos nerviosas, el despertador no había sonado, ibamos a llegar tarde y todavía nos teníamos que arreglar
-No nos da tiempo,vámonos ya -Tiró Lauren de mi hacia la puerta
Salimos a toda prisa para ir en el primer tren que saliera hacia la capital. Llegamos bastante rápido, en mas de una vez nos perdimos, pero volvimos a recuperar el rumbo preguntando a la gente o mirando en los mapas que se encontraban por la calle.
-Allí -Señalé a un tumulto de gente
Lauren no contestó, sonrió y salió corriendo hacia aquel barullo.
Había un montón de chicas alló, faltaban 5 horas y ya estaba todo lleno. Nos pusimos en el hueco que encontramos y nos sentamos en la húmeda acera.
Era una tarde fría, en la que las manos y los pies se te congelan, la nariz se te vuelve roja junto con las orejas, y no haces más que estar escondida dentro de tu chaqueta. Junto con el frío, hacia viento y lloviznaba. Una llovizna húmeda, de las que sientes que no te mojas, pero te tocas el pelo y tienes pequeñas gotitas rozándote el cabello y enfriándote la cara.
La gente empezó a gritar, amontonándose en la calle, los chicos estaban bajando de la furgoneta, como hacen siempre, y las chicas hicieron un círculo impidiéndoles el paso. Lauren y yo teníamos demasiado frío, así que nos quedamos acurrucadas en una esquina con los ojos cerrados intentando pensar en algo que no fuera aquel tiempo healdo, eramos las únicas que nos encontrábamos en la acera, todas estaban alrededor de el coche esperando que bajaran todos.
-Es vuestro día de suerte -Escuché
-AAAAAAYYYYYY -Oí gritar a Lauren a mi lado.
-No grites -Le pegué sin mirar.
No me devolvieron el golpe, entonces decidí levantar la cabeza para ver que sucedía allí. En un segundo el frío que sentía había desaparecido, las gotas que mojaban mi cara me dieron igual en aquel momento, me levanté y me abalancé sobre él junto con Lauren.
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