Capítulo 94

-Ese no es...? -Preguntó Steven
-Si, ese es Zayn -Contesté enfadada.
No podía creer lo que veía, era Ashley aqulla chica. Aquel pelo, aquellos ojos... sin duda era ella.
-Esa chica me suena...
-Si, seguramente. Se llama Ashley Adams... -Murmuré.
-Claro! Esa es cantante o algo así?
-Si, lo es.. -Contesté sin ninguna gana.
Les seguí con la mirada, estaba completamente segura de que Zayn había pasado por esa zona a drede.
.Me temo que esto no te está gustando... -Dijo Steven decepcionado al ver mi cara de tristeza.
-El qué? El estar contigo dices? -Me sorprendí claro que me esta gustando! Pero me acaba de tirar abajo verles juntos otra vez... -Dije señalándoles con la cabea.
-Quieres que lo hablemos? Te vendrá bien desahogarte.
-Me escucharías?
-Toda la noche si hace falta.
Sonreí al oír eso y nos apartamos hasta una placita, nos sentamos en un banco de madera lo más apartado posible de la gente.
-Por donde debo empezar? -Pregunté.
-Por donde quieras...
-Bueno, desde el principio. Espero no aburrirte.
-No lo harás -Sonrió para animarme.
-Antes de haber conocido a One Direction en persona, yo era una fan más. Un día conseguí unos pases VIPS junto con Lauren y bueno, cosas de la vida, me hicieron acabar con Zayn.
A lo que iba, siendo una fan dedicada, siempre acababas sabiendo con quién estaban los chicos, y habían rumores de que Zayn se veía con Ashley. Se twitteaban y habían fotos de ellos juntos, lo que apuntaba a que estaban en una relación, pero despuéd de que aquello apareciera, ella dijo no querer nada para centrarse en su carrera... Fue ahí cuando las directioners empezaron a enviarle odio por hacerle daño a Zayn...
Steven iba asintiendo a cada frase que decía.
-Ahora verles juntos me acaba de matar. Podía esperarme que él rehiciera su vida, pero tan rápido? Y con ella? -Suspiré- dicen que todo lo bueno se acaba, y fue culpa mía haber acabado con lo mejor que tenía.
-Lo dejasteis por ti? -Se sorprendió.
-En parte... Es largo de explicar, pero teníamos roces cada vez que salíamos o que algún chico hablaba conmigo. Zayn es muy protector y el día en el que me invitaste a bailar en el pub, fue donde la gota colmó el vaso y esa noche... Todo lo que teníamos se desmoronó.
Al acabar de hablar me quedé mirando a la oscuridad y dejé que las lágrimas resbalaran por mis mejillas. Oía a la gente hablar a mi alrededor, pero no era más que ruido. No quería oír nada ni ver a nadie. Solo deseaba estar sola en mi mundo, junto con Zayn, poder besarle, abrazarle, decirle que le quería... Le echaba tanto de menos... Pero todo se había acabado, todo por mi estúpida culpa.
-Digamos que yo fui esa gota, no?
-No te eches la culpa Steven.
-Zayn y tú no estáis por mi.
-No, Zayn y yo no estamos porque somos idiotas.
El sonrió y yo le sonreí. Tenía una sonrisa realmente bonita, verle así me hacía feliz a mi.
-Gracias por haber llegado y por escucharme.
-Gracias a ti.
Se acercó y me dio un abrazo.
-Es hora de que vuelva a casa -Hablé mirando mi gran reloj blanco.
-Te acompaño.
Nos levantamos y fuimos en silencio durante casi todo el camino.
-Crees... que algún día... tú y yo... -Habló parándose a cada palabra para pensar bien.
-Creo en pocas cosas. -Reí
-Como en qué?
-Que el amor es una mierda -Solté una carcajada.
-Depende quienes sean los enamorados...
-No hay parejas perfectas -Le contradije.
-La nuestra lo será algún día -Bromeó.
-Estás loco.
-Por ti -Contestó frenándome.
Me miró y se fue acercando más a mi. Quería besarle, era demasiado adorable, pero no en aquel momento. Tenía que dejar de besar a cada chico guapo que se me presentara, aunque lo quisiera.
Aparté la cara, no muy bruscamente, no quería que se sintiera mal.
-Lo siento Steven... no es el momento.
-Está bien.
Ahora si, hasta llegar a casa solo se oían nuestros pasos y nuestra respiración, junto con las voces de las personas que paseaban por allí.
Llegamos al complejo y le despedí delante de la entrada.
-Lo siento Steven, ya hablaremos -Me fui dándole un beso en la mejilla.
Entré en la casa, ignorando las atentas miradas que me seguían en el salón, al igual que todos los comentarios a los que no di importancia. Algún día esos comentarios me hubieran matado nada más oírlos, siempre quise que ellos me hablaran, y ahora que les tenía allí, deseaba que desaparecieran.