Capítulo 84.

Se giró serio para verme, su mirada estaba apagada, sin brillo ni vida, lo que hacía todo más difícil al tenerle así.
Me apoyé en la ventana con él, el frío se colaba por el mínimo espacio que había entre el cristal y el marco de la ventana.
Nos quedamos callados. Podía oír su respiración y notar cada pequeño movimiento que realizaba.
-Qué he hecho? -Preguntó Zayn despacio.
-Qué hemos hecho -Le corregí.
Me miro sin ninguna expresión, pero sabía que en el fondo de su mirada, no sabía de lo que le estaba hablando.
-Tenemos comportamientos extraños cuando nos separamos y roces estúpidos, creo que realmente ninguno quiere tener las actitudes o respuestas que damos, pero surgen solas y... bueno, creo que lo mejor será pensar en qué está pasando -Dije.
Se quedó callado un momento, como si estuviera asimilando lo que le había dicho.
-Un tiempo?
-Un tiempo -Afirmé.
Apreté los dientes muy fuerte, tenía que luchar y dejar de ser una llorona. Lo que nos pasaba no era bueno para ninguno, y debíamos pensar en lo que hacíamos mal para algún día, mejorarlo.
-Será lo mejor, si... -Habló mirando aún por la ventana.
Me aparté de su lado para salir de la habitación, en silencio.
-Buenas noches Zayn -Dije con la cabeza agachada al abrir la puerta.
-Buenas noches.
Cerré la puerta y me apoyé en ella por fuera, con las manos en la espalda. Recordé qué estaba haciendo allí y por qué. Reviví con los ojos cerrados el momento en el que le vi por primera vez, el día de la cámara, aquel día en el que empezó todo, el momento en el que le pertenecí por primera vez, nuestra primera muestra de cariño, nuestro primer enfado, nuestras caricias por la mañana, recordar despertarme y ver su preciosa figura a mi lado... No evité pensar en todo aquello y dejar que las lágrimas resbalaran por mis mejillas, llenándome de amargura.
Bajé las escaleras, cada paso dolía más. Pasé al lado de la cocina y vi la luz encendida, me asomé para ver si había alguien y me encontré a Liam.
-Quieres? -Me ofreció al percatarse de mi presencia, un poco de zumo que había preparado.
Negué con la cabeza.
-Te importaría acompañarme? -Señalé con la cabeza la salida - y si puedes abrir la puerta de ellos mejor, no tengo llaves y deben estar durmiendo -Hablé despacio para que no se notara demasiado la tristeza que llevaban mis palabras.
Liam dejó inmediatamente el zumo y fue conmigo hasta llegar a la puerta de la casa de Louis y Harry. La abrió con su llave, con cuidado intentando no hacer ruido.
-Ya te puedes ir, gracias Liam, buenas noches.
-Buenas noches -Susurró por si había alguien despierto.
Andé con las luces apagadas, palpando y chocando con todo lo que había a mi alrededor. Cerré los ojos para que la oscuridad fuera total, y las pequeñas cosas que se iluminaban, no me dieran miedo.
Oí un ruído delante de mi. Me quedé quieta. Mi único y gran miedo, es la oscuridad.
Decidí andar un poco más al notar que ya no se oía nada.
Llegué a un punto en el que algo me impedía el paso, una persona. Era tal mi miedo que empecé a llorar, no grité para no despertarles, pero saber que una persona estaba dentro de la casa me había pillado por sorpresa...
-No llores, no llores, shhh
Esa voz... lenta, suave, pensativa...
-Harry? -Pregunté entre sollozos.
Encendió la luz y lo pude ver, era él, Harold.
-Por qué lloras? Eh, no llores -Dijo al fijarse en todo aquel maquillaje corrido.
Le abracé fuerte, manchándole todo el pecho que llevaba descubierto. Lloraba por lo de Zayn, por mi miedo a la oscuridad, por el susto que me dio, lloraba para desahogarme por todo lo que me ocurría.
-Ven, vamos -Habló llevándome hasta el sillón.
-Vas a tomar frío así -Contesté al ver que solo llevaba los calzoncillos.
-Estoy acostumbrado, a llevar esto, o menos -Intentó hacerme reír.
Me acomodé en el sofá, ahogada entre lágrimas. Estiré las piernas en la mesilla que tenía delante, y respiré hondo.
Había llorado demasiado, lo que me provocó un sueño tremendo e hizo que me durmiera al instante de sentarme.